Columna Fernanda Vicente

octubre- de 2018, por Scotiabank


El emprendimiento es un excelente motor de desarrollo social, sobre todo para las mujeres, quienes ven en esta actividad una posibilidad de compatibilizar los diversos roles que cumplen. Es por ello que es de vital importancia poner los esfuerzos en comprender las dificultades que ellas enfrentan a la hora de emprender y, desde lo público y lo privado, conocer en profundidad donde debemos poner los esfuerzos para apoyarlas en su camino de emprendimiento y de profesionalización.

En Chile hay, aproximadamente, 1.865.000 emprendedores, del cual el 38% son mujeres. ¿Razones? Bastantes y una más importante que la otra. Por ejemplo, las mujeres perciben que tienen menos habilidades para iniciar y gestionar una empresa, sumado a que la brecha salarial existente con los varones influye en que tengan menos capital para emprender, entre otras características.

Hoy debemos acompañarlas en su camino, asesorarlas, agruparlas, incluirlas y educarlas en el sistema financiero, al cual muchas veces no acceden por desconocimiento o falta de redes. Tengo la convicción de que las mujeres son un motor de desarrollo que hasta hoy ha sido subvalorado, en parte por el escaso conocimiento que existe sobre sus diversas realidades. Las mujeres somos polinizadoras de emprendimiento, y con nuestro ejemplo vamos diseminando la semilla para que actuales y futuras generaciones vean en el emprendimiento una actividad deseable para alcanzar su desarrollo.

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